Hola a todos!
Como os prometí, empiezo con el relato de la excursión a Puerto Montt y Puerto Varas que hice ayer.
Fui con unos amigos, un chico francés llamado Pierre y una mujer de aquí de Osorno que se llama Cecilia, ya los veréis en las fotos.
Lo primero que hicimos fue ir a recoger a unos estudiantes de Estados Unidos que tenían que llegar al aeropuerto de Puerto Montt, por lo que tuve oportunidad de echarle un vistazo al edificio.
Es curioso cuanto menos. Por fuera, la fachada acaba con una chapa metálica grecada que se perfora en ciertos para dejar pasar la luz, pero no la vista.
Pero lo mejor es el interior.
Las curvas de la cubierta crean un juego gracioso con la luz, y la madera de da mucha calidez al espacio.
¡Aquí están mis dos compañeros de aventuras!
Un torreón de madera que me llamó la atención.
En la parte superior, la zona de las puertas de embarque y la zona pública, por así decirlo, están separadas, pero mediante vidrio, y sólo hasta cierta altura. Esto puede parecer una tontería, pero para mí hace que el espacio se amplíe y a la vez lo humaniza, porque no separa sin excluir a ninguna de las dos partes.
Pero lo que me gustó poco del aeropuerto fue su situación.
No sé qué iría antes, si la pista o la carretera, pero están demasiado juntas para mi gusto.
Luego os cuento qué vino después y os presentaré a mis nuevos compañeros, que si no se hace la cosa muy larga y muy pesada..
Espero que la terminal os haya gustado tanto como a mí.
¡Pasadlo bien!
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