¡¡Hola a todos!!
Ya sé que llevo un tiempo sin pasarme por aquí, pero como
todo, cuando tenía tiempo no tenía material y cuando conseguí material
empezaron los exámenes xD
Pues lo dicho, el fin de semana pasado (el anterior, no este)
me fui de viaje a la Kapadokya, aquí en Turquía. Me lo pasé genial de cueva en
cueva, disfrutando de este paraíso de la arquitectura rupestre, y es verdad lo
que dicen: el paisaje es precioso.
Salimos de Izmir el viernes noche, para darnos una paliza en
autobús (unas 12 horas hasta el destino…) y como no, para que no se note que
somos Erasmus… había que montar la fiesta en el bus. Además la cosa de que no
te ponga problemas para beber en el bus hace que la gente de descoque del todo.
Ahí llegó el primer problema… sólo se podían meter CDs en la
radio, nada de “cosas modernas raras”, pero eso no paró a la gente, menos
cuando se es joven y con imaginación xDD. El resultado:
Móvil + micro del bus = "tocadiscos" estrella del viaje.
Así entre canción y cabezada, a la mañana siguiente llegamos
por fin a nuestro destino.
La primera parada turística fue en el Valle de Ihlara, cañón
de unos 16 km de longitud y entre 100 y 150 metros de profundidad surcado por
el río Melendiz. Por su tranquilidad y dificultad de acceso, durante mucho
tiempo fue refugio de colonias cristianas que excavaron la roca y construyeron
casas e iglesias, decoradas con pinturas.
Vista del valle.
Coloridas pinturas de una de las iglesias.
El acceso a una de las iglesias, excavado en la roca.
Interior de una iglesia semiderruida.
Se puede ver que tiene dos niveles: el espacio de culto arriba, y la cripta debajo.
Después visitamos la ciudad subterránea de Kaymaklı. Uno se
puede imaginar recorriéndola cómo se viviría en un hormiguero… A mí me resultó
muy interesante, tenían de todo ahí abajo, casas, almacenes, iglesias, pozos de
ventilación, lagares… Se dice que podía albergar a varios cientos de personas
durante unos seis meses sin tener que salir a la superficie por provisiones.
Habitación de la ciudad subterránea.
Otra habitación, con su tunel de acceso y su puerta (la roca circular de arriba).
Continuamos recorriendo la zona en nuestro autobús, parando a la
entrada de Ortahisar para disfrutar del paisaje, antes de pasarnos por el
castillo de esa ciudad.
La ciudad de Ortahisar, con su castillo.
Viviendas-cueva muy llamativas.
Un arbol lleno de Nazar Boncuk.
El castillo desde más cerca.
Vistas desde el castillo.
Vistas desde el castillo.
Algunas de las viviendas de roca aun están habitadas.
Y ese día no nos dio tiempo a ver mucho más, porque teníamos
cena reservada y se hacía tarde, así que nos fuimos para el hotel.
La cena fue una comida con espectáculo, totalmente para
turistas, entretenida y curiosa. Eso sí, probé el rakı, bebia alcohólica turca por
excelencia, con un sabor bastante anisado. Se toma combinado con agua, y así es
como toma ese color blanquecino característico.
Una botella de Rakı.
¡Salud!
A la mañana siguiente tocaba despertarse temprano para el
gran evento del viaje: ¡El paseo en globo! Nuestro guía-organizador nos había
conseguido un precio muy razonable (una tercera parte de lo que normalmente
cuesta, más o menos) así que no podía desperdiciar la oportunidad.
Pero por desgracia, la cámara no opinaba lo mismo, y se quedó
sin batería al poco de subirme al aparato… :(
¡¡Nuestro transporte!!
Lo que me dio tiempo a sacar desde el globo...
De verdad, el viaje no tuvo desperdicio, es precioso todo aquello.
Así que esa es la parte del viaje que puedo contaros. Ese día,
aparte del paseo en globo, visitamos el Museo al aire libre de Göreme, donde quedé
impresionado por la calidad de conservación de los frescos; la ciudad de
Avanos, por la que pasa el Kızıl ırmak, (Rio Rojo) el río más largo de Turquía,
y fuente de la mayor riqueza de la ciudad, su cerámica. También visitamos más
cuevas y “Chimeneas de Hadas” antes de ponernos en camino de vuelta otra vez
para Izmir.
Moraleja del viaje: “El cargador a todos lados, por muy poco
tiempo que sea”. Y lo voy a poner en práctica ya, ¡¡porque mañana me marcho a
Istambul!!
PD: La "culpa" de que la Kapadokya sea lo que es la tienen estas cosas:
Un volcán de la zona.
Toda la región es volcánica, si, así que debido a la diferente resistencia de los materiales expulsados, se crean las fantásticas formas de este lugar único.